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jueves, 5 de noviembre de 2009

Los retos del Tratado de Lisboa y del Presidente del Consejo de la UE


Ya era hora de que el Tratado de Lisboa-TDL fuera ratificado por los checos, el último país que faltaba por hacerlo, la carrera por la reforma de la Unión Europea-UE ha costado cerca de ocho años, casi no recordamos a Valery Giscard D’Estaing que fue el responsable de preparar el primer documento sometido a los países de la Unión, con el nombre de Tratado de la Constitución Europea TCE, el mismo fue aprobado por los presidentes en 2004, pero antes de su aplicación debía ser ratificado por las instancias de cada país, y es ahí donde se complicaron las cosas, como siempre, cuando se toca aspectos que restan algo a las naciones para el beneficio común, brotan las sensibilidades nacionales, por lo que la ratificación entró en un terreno tortuoso y a veces árido, para muchos países sólo el título producía escalofríos; incluso España, entonces la más europeísta, fue reacia el gobierno de entonces (Aznar), debido a la falta proporcionalidad en el voto (importante para toma de decisiones), el cambio de gobierno facilitó para que el referéndum se inclinara por el sí, otros países, entre ellos los Países Bajos y Francia, el resultado fue un abrumador no, y digo abrumador por la alta participación en el referéndum, éste hecho representó un varapalo que catapultó la ratificación del TCE.

No obstante de aquel tremendo resbalón, los países eran concientes de la necesidad de contar con un instrumento coherente con nuestros tiempos, ya que el mundo se enfrenta a una serie de retos importantes, que requieren el consenso comunitario, como es, el ambiente, el comercio, el empleo, la inmigración, el terrorismo, la seguridad, la carrera nuclear, la justicia, etc., lo que dio origen para la introducción de ciertas mejoras en las instituciones comunitarias, para liderar aquellos aspectos, no sólo en el ámbito de la UE, y en el de cada país, sino particularmente en el ámbito internacional para lo cual se requería mayor presencia de liderazgo de la UE, con poderes suficientes para combatir la pobreza y el estado de bienestar en el mundo.

Para salvar todo aquello que se había avanzado, se inició un nuevo período sesiones, idas y venidas, consultas y reuniones, hasta desembocaron finalmente en el llamado TDL, donde se recoge algunas mejoras que en promedio pedían los Estados Miembros EM. A pesar de ello, la elaboración del documento TDL tampoco sería un parto fácil, puesto que había que compatibilizar su contenido con todos los otros documentos ya existentes hasta la fecha incluyendo el TCE (el Tratado de Roma, el Tratado de la Unión Europea-Maastricht, Tratado de Niza, el Tratado de Ámsterdam etc.), que en parte ya había un progreso en el TCE. Fueron dos años de intensas negociaciones, corrió ríos de tinta sobre el substrato y los pilares del nuevo edificio comunitario, cuya responsabilidad fundamental sería abordar los grandes objetivos de la Unión Europea, respetando las particularidades que entraña la figura de cada EM (pequeño, mediano y grande) tarea nada fácil donde la Comisión Europea ha puesto toda la carne en el asador para lograr que cohabiten los intereses generales (UE) con los intereses particulares (EM).

Durante las negociaciones del TDL, se ha tenido que hacer concesiones y derogaciones expresas para un país y para una situación dada, y todo esto, tomando en cuenta que, la mayor parte de los países conocían el contenido del TCE y como se ha dicho aprobaron la mayor parte de los países. Consecuentemente, los cambios introducidos no derogaron en absoluto el espíritu fundamental de los que proponía el TCE, por citar alguno, el método de votación, las competencias y las funciones de las nuevas instituciones fue más refinado, a pesar de ello, la aprobación se fue complicando con el no de Irlanda, de hecho, lo hizo en dos referéndums, y la república Checa recientemente dio el si exigiendo previamente, la derogación para su país de la Carta de los Derechos Fundamentales. Polonia por su parte pidió que el sistema de votación de doble mayoría se aplicara a partir de 2014. Muchos creen que en el fondo de las diferencias había motivaciones más bien de carácter político, ente ellas la guerra de Irak, por un lado, unos apoyaban (España y Polonia) y otros la rechazaban como (Francia y Alemania), la fórmula utilizada para las discusiones fue la fórmula de votación, al principio España (Aznar) prefería la fórmula aprobada en la Cumbre de Niza, lo mismo que Polonia, pero otros como Francia se oponían preferían una mayoría más proporcional con la población. Explicar los detalles será objeto de otro comentario por lo complejo que es.

Un resumen del contenido del TDL es un cuerpo de leyes donde se recoge la legislación comunitaria existente, discrimina las competencias del Consejo de la UE, los EM y el PE en los diferentes ámbitos y otras donde se comparte la competencia, aumenta el poder del PE, describe las instituciones, su funcionamiento, el sistema de votación, crea la Carta de los Derechos Fundamentales, describe las materias de competencia, etc. (objeto de un tratamiento futuro), entre los nuevos órganos, es de anotar, la figura del Presidente Permanente del Consejo Europeo-PPCE, y el Alto Representante de Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. El TDL termina con el sistema de rotación de la presidencia del Consejo cada seis meses. El presidente tendrá un carácter más permanente por el espacio de dos años y medio y con mayores competencias.

Con la firma de ayer (3/11) del último país que faltaba por ratificar el TDL (Checa), se ha puesto a funcionar los motores de la maquinaria europea, si bien legalmente debe comenzar a marchar cuando sea elegido el PPCE, un hecho que debe cumplirse en los próximos días, por ello, el Presidente de la CE (Barroso) ha pedido agilizar su nominación, pero, los países hasta ahora tienen dudas sobre la persona que podría ocupar tan relevante responsabilidad, el peso de los países va inclinando la balanza de un lado y de otro, esta claro que, en quien caiga la responsabilidad determinará la velocidad del recorrido que debe hacer la Unión Europea.

La carrera por la nominación para el puesto de Presidente Permanente del Consejo de la Unión Europea, ha iniciado hace ya algunos meses, en la lista de partida, ha sonado mucho, el laborista (Tony Blair), muy poco de otro liberal británico que postuló a título personal, el Irlandés Bertie Ahern, el español Felipe González, el luxemburgués J.C. Juncker, el belga Van Rompuy, la austriaca Ferrero Waldner, algunos de éstos y otros fueron cayendo poco a poco, entre ellos los británicos, un italiano, la austriaca. Así las cosas, las próximas semanas, alas reuniones serán calientes y determinantes para llegar a un consenso sobre la persona idónea para ocupar el puesto. No cave duda, que la persona de consenso tiene que tener muchas relevantes, que hoy en día es difícil comulgar con alguno en concreto, ya que la UE debe tratar temas de entidad como las anotadas más arriba, sin descontar, el proceso de reforma que se debe llevar a cabo, en el seno de las instituciones comunitarias, para éstas últimas no sólo, será un cambio sino una verdadera mutación, donde el personal está poco acostumbrado a cambios bruscos, aunque los cambios internos siempre están a la carta, cada vez que cambia un Comisario o incluso un Director General el rumbo se dispara y el personal va hacia allí; todo hace suponer que hay nervios en las instituciones europeas, si bien estos movimientos afectarán a más a unas Direcciones que a otras, sin duda los Servicios exteriores serán los primeros afectados. Pero los temas más candentes están y urgentes son las políticas de medio ambiente, creación de empleo, crecimiento económico, el terrorismo, la carrera nuclear, la inmigración, etc. y todo esto concurriendo al mismo tiempo con un enjambre de dificultades que pesan como un plomo en las espaldas de los países.

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