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miércoles, 3 de marzo de 2010

La heroína Haïdar contamina la diplomacia.

La dama saharaui ha puesto patas arriba a la diplomacia española, lo mismo que a la del vecino país que negó sistemáticamente cualquier arreglo, para que Haïdar vuelva a su tierra ocupada, en cambio, la sometieron a un secuestro voluntario o involuntario según se mire.

La valiente demanda de Haïdar, y la ciega diplomacia española-marroquí ha llegado a su final después de montarse un espectáculo esperpéntico, , un cúmulo de irregularidades se posó en el caso, no dejándole llegar a su hogar se ha hecho un nudo gordiano que nadie supo digerir, la incapacidad de la diplomacia española tuvo que salir fuera a pedir refuerzos para salir del brete. Mientras tanto, la dama Saharaui, una luchadora con fibra, ponía en tela de juicio, las míseras relaciones exteriores de ambos países, qué se esconden más allá de las sonrisas, típicas de la diplomacia mediterránea. En este caso hemos sido testigos de nuestro bajo perfil en el contexto exterior, y lo mucho que hay que hacer para recuperar la personalidad de España que día a día se va detriorando, en cualquier materia que se toque, muestra debilidades cuando aborda situaciones cruciales, y es cuado realmente se aprecia la capacidad y sagacidad de nuestros representantes.
Las fallas, observadas en nuestras fronteras y la débil coordinación existente y los errores en la aplicación de las normas administrativas o las mentiras que se tejen en torno a ellas, es lo que más se difunde como algo cotidiano.

Por otro lado, la huelga de hambre de Haïdar ha rememorado la precaria situación en que se encuentran los habitantes del Sahara Occidental-SO, y la conducta autoritaria de Marruecos, que posa su autoridad como un rodillo sobre la población saharaui, a ese “estatus” inconcluso que rige en la región, responde la demanda de Haïdar actualiza un problema de muchos años, el más importante, el referéndum para su independencia o su inclusión definitiva en el reino alauita dicho compromiso internacional falta por concluir para alcanzar la solución definitiva.

Los hechos

La Sr. Haïdar el 13 de Nov. volvía al Aaïum de regreso de Nueva York donde había recibido una medalla al coraje cívico, por su activa disputa que enfrenta contra Maruecos el Frente Polisario por la autodeterminación del Sahara Occidental, hay que recordar, que en 1975, el Gob. Marroquí con la llamada “marcha verde” se apropió ilegítimamente de la región en los umbrales de la transición española, aquella región fue invadida en 1975, por el sur lo hicieron los mauritanos, por el norte Marruecos, y el noreste Argelia, con el primero, un 1991 se logró firmar un acuerdo de paz con la ayuda de la ONU, quien quedó en propiciar además un referéndum que nunca llegaría, una vez más Marruecos impedía, al contrario siguió invadiendo, y cientos de miles de saharauis fueron empujados hacia Argelia, recluyéndose en la zona de Tindurf, un desierto de las peores condiciones. Desde entonces, para el pueblo saharaui, fueron años de lucha en el desierto, nunca mejor dicho. Los mejores territorios de la tarta, pesca y fosfato para el primero, el resto, lo que no sirve, el desierto, para los naturales del país, así nace una extrañan forma de colonización, la colonia de una excolonia hace rehen a otra excolonia, aunque aquí suene la “ex” a trabalenguas, pero tiene mucho sentido. Marruecos una excolonia de Francia se apoya en ésta, para hacer prevalecer su autoridad, Francia se apoya en Marruecos para limar las diferencias con Argelia, y ésta última coopera con el Polisario en su reivindicación con el mismo fin, ampliar su territorio, y España no sabe como liderar el problema, lo cierto es que el Polisario está más huérfano que la una, porque el país que debería ser su protector ha emprendido una cruzada por la paz, ahora sus miras son altas, le preocupa la alianza de la civilizaciones y le ocupa tiempo buscar aliados para llevar adelante su onírico deseo.

la expulsión y la huelga de hambre de Haïdar

Volviendo a Haïdar, en su periplo hacia su casa tenía que a travesar suelo marroquí, claro está, que debía rellenar un impreso en la frontera-el problema-en la casilla donde debía poner la nacionalidad y el destino, aquella dejó en blanco, marcando su residencia como Sahara Occidental-SO, la policía, le conminó a completar el espacio correctamenten, a lo que ella se negó repetidamente.
Después de una discusión, ella acabaría refutando el pasaporte marroquí y también el DNI. A continuación, la policía se apoderó de dichos papeles y Haïdar fue deportada de inmediato a España. La prontitud con que se hizo la operación deja sospechas, algunos piensan que podía estar ya preparado, para deportarla. Cuando la embarcaban en el avión hacia El Aaïum - Gran Canaria, aquella advirtió al piloto que no tenía los documentos consigo, el piloto hizo una llamada y aceptó llevarla y de allí pasó Lanzarote. También se informa, que Haïdar iba acompañada con dos periodistas (Pedro Barbadillo y Pedro Guillen), quienes querían hacer un reportaje sobre Derechos Humanos en el África SO, otro hecho accidental que llama la atención por tanta casualidad.

La conducta de la Haïdar, plantea dos ámbitos de análisis, uno administrativo y otro político. El primero, ciertamente complejo, ella puso la puntilla despreciando, la nacionalidad marroquí no rellenando el espacio correspondiente a la nacionalidad marroquí, que a los ojos del país resultó ser un agravio nacional, catapultando con su actitud la llegada a su tierra, y la facilidad con que ella entró en España, sin tener los papeles en regla y seguramente sin rellenar ningún papel, según se dice, sólo bastó una llamada a Madrid, para que la benevolencia nacional se apodere de las fronteras.

Por otro lado, Haider como una activista pro-Polisario lucha por la independencia de su país y aprovechó auquella gran oportunidad que le daban-ciertamente arriesgada- para poner en jaque a ambos países, lo mismo que su vida, aunque en su reclamo, no pedía mucho, sino que la dejaran volver a su tierra y Marruecos auto-protector sino dueño del SO se lo negaba y desde ahí todo viene deducido. El gobierno de España, al principio no advirtió que la presencia de Haïdar sería un problema de calibre, sólo así se explica que la dejaran entrar, y a lo mejor tampoco Marruecos percibió, las consecuencias que acarrearía con el tiempo la conducta de Haïdar, que al final aquél quedó retratado como el malo de la película. España al darse cuenta de la dimensión del problema quería quitarse el bulto, intentando devolverla, a Marruecos que siempre se negaba.

La huelga de hambre de Haïdar, desde su base de operaciones en Lanzarote, dejó sentado la conciencia que pesa de ambos países y pone ambos reinos en la picota de la opinión internacional, porque irresponsablemente decidieron que el país sea intervenido por Marruecos, y que éste nunca ha podido dar credibilidad ni paz en tantos años de dominio del pueblo saharaui.
De esta manera, Haïdar con su huelga de hambre ha desempolvado los anaqueles de esa nefasta historia de ocupación ilegal, como diría Umbral provocando un despelote en toda regla, un asunto archivado que Haïdar desempolva, la lucha de un pueblo que se niega a ser huésped en su propio territorio, y pone en tela de juicio el estatus del SO y exige una solución frente al “impasse” de considerarlo ilegales a los naturales en su propio territorio, desperdigados y desposeídos de nacionalidad viven en un gueto, un protectorado autoritario, gracias a la marcha verde que tiñe de rojo la tierra de la excolonia española durante casi 40 años.

Las debilidades de la diplomacia

Los grandes políticos emergen cuando se enfrentan a grandes problemas o desaparecen, pero en España, se rompe toda regla, Moratinos con esa manera tan fresca que tiene de hablar, lo hemos visto titubear, no sabía cómo salir del atolladero. Al contrario, le ofreció a Haïdar un pasaporte español, para que siguiera su camino con su demanda en otro sitio, aquí ¡no!, lavándose las manos, como si España no tendría nada que decir al respecto, en efecto nada dijo, y esto es lo más grave, que un país, no se haga cargo de su ex-colonia, ni tenga una posición sobre un problema acuciante, no es de recibo para un país que dice ser serio.

Es una desvergüenza política abandonar a su suerte a los habitantes del SO que un día fueron españoles, y que muchos todavía pueden serlo incluyendo a Haïdar, un contrasentido de la política de ZP que tanto se regocija de su apoyo a la ONU en Afganistán, pero en este caso, no le interesa lo que piensa al respecto dicha institución, esto deja muchas dudas sobre la capacidad del Servicio exterior para manejar problemas delicados, no es justo que se permita que las familias se hayan hecho añicos subsistiendo en una diáspora sin precedentes, un terremoto político que deja mal parado a nuestro país, es aquí donde se debía aplicarse la cacareada alianza de las civilizaciones.

La soledad del Frente Polisario

De nada ha valido la lucha del frente Polisario, porque ya no son tiempos para las luchas por la liberación de los países, ellos se acabaron con la Cuba exhausta, y la URSS que vive sumergida en la vorágine occidental, ahora acuden al auxilio cuando hay dinero de por medio y una España que evita los, porque espera que las cosas se hagan solas gracias a la fortaleza del tiempo aunque revuelto, tampoco importa que aquí se hable de personas se trata lo mismo que a las cosas; tampoco importa la voluntad del pueblo, porque está subordinada al juego político de los altos intereses, sigo pensando, cuál es el interés de España con Marruecos (alta política?), y si verdaderamente tiene ventajas tanto apoyo a ése país o tanta debilidad en los varios temas importantes que a menudo tratamos.

Haider, ha rehabierto un nuevo capitulo de esa historia inconclusa, una responsabilidad que debía abordar la presidencia de la UE cueste lo que cueste, con la fuerza de la ONU y la UE se debía promover una solución sobre el tema, el pueblo Saharaui merece ser escuchado, no es un problema similar a los territorios palestinos donde se lucha porque las etnias esperan la llegada del profeta y no quieren desprenderse del desierto a donde aquél llegará, más bien tiene mucho de parecido con la Colonia portuguesa de Timor del Este, donde ha primado la autodeterminación mediante un referéndum, después de años de ocupación Indonesia.

El gobierno que tenemos, no parece entender el problema de SO, le suena como de un país lejano, cómo pedir que lo haga, sino entiende ni el suyo propio, ya el concepto de país lo tiene tan peculiarmente asumido, cómo pedir que defienda un Estado para SO, si aquél aboga por la independencia de las pequeñas regiones, eso sí, mediando un Estatuto, visto así, nuestro país corre camino de convertirse en otro mosaico del medioevo en los albores del siglo XXI. A todo esto, ya es hora de ocuparnos de los españoles secuestrados, no ganamos para sustos.
C. Ayala

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