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lunes, 12 de octubre de 2009

Dudas para superar el Medio Ambiente

H.Ayala. El aire viciado que respiramos a diario, se va convirtiendo cada vez en uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos, por lo que, para un Gobierno el Medio Ambiente-MA debía ser y es una de las prioridades en su agenda de trabajo. Por otra parte, la población, los políticos, la sociedad civil, los organismos internacionales, enfrentan situaciones de desencuentro a la hora de abordar el problema, lo que hace que las soluciones también sean complejas.
En los últimos años hemos asistido a una serie de iniciativas, incluso con participación de políticos que han hecho campaña contra el calentamiento global, muchos de ellos han brillado como estrellas mediáticas convirtiendo, la defensa en marca propia. En el 2007 el nobel de la paz fue concedido a Al Gore y al Panel Intergubernamental Contra el Cambio Climático (IPCC) por su trabajo en contra del fenómeno cambio climático. Sabíamos que el nobel de la paz era un tanto etéreo en sus concesiones, pero esta vez fue más allá de cualquier expectativa.
Ninguno de los dos, ni Al Gore ni el IPCC tienen sus ideas resueltas a cerca del qué, cómo, cuándo, por qué se dan determinados fenómenos climáticos y los patrones de cambio. Porque con los actuales conocimientos y métodos de estudio existentes es difícil hacer una estimación precisa de los numerosos comportamientos del cambio. Tenemos unos hechos encima de la mesa que nos ponen los pelos de punta, pero según las estimaciones del IPCC para los próximos 100 años (por citar algo), tienen un rango de variación entre 1.4°C y 5.8°C. Para hacernos una idea, esto puede suponer entre perder unos centímetros de costa a perder países enteros. Las consecuencias son grandes en cada uno de los casos, pero los costes en los que se ha de incurrir para evitarlas son radicalmente diferentes, (mayores, menores?).
El debate
De todos es conocido el funcionamiento de la temperatura global, pero nunca está de más recordarlo como punto de partida. Los rayos del sol llegan a la Tierra y gracias a la atmósfera, la energía se transforma y procesa en materiales, por ello, la Tierra es diferente a la Luna, que es un lugar inhóspito. Nuestra atmósfera permite que los rayos del sol que entran no salgan por completo, y así nuestro querido planeta tenga una temperatura más o menos constante. Los gases que retienen el calor son entre otros, el CO2 y algunos otros como el metano. El ser humano ha incrementado estos gases en la atmósfera quemando combustibles sólidos como el petróleo por ejemplo. Estos combustibles provienen de plantas que habitaron el planeta hace millones de años, y por tanto contienen el CO2 que absorbieron en su época, liberándolo una vez se quema el combustible. El problema es que en estos últimos tiempos, las concentraciones de estos gases se han incrementado de forma espectacular. Las concentraciones de CO2 han crecido de las 280 partes por millón (ppm) que existían en la época preindustrial hasta 380ppm que existen en la actualidad. Pero eso no es todo, porque si las emisiones continúan como hasta ahora, al terminar el siglo tendremos unas concentraciones de alrededor 800ppm.
Las discusiones hay de todo, lo hay de aquellos que auguran que la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta desaparecerá al ritmo que vamos, otro indica que los cambios actuales son fenómenos naturales producto de los ciclos y que estos cambios siempre han existido en la tierra, a los largo de los años, los hay de aquellos que dicen que el debate del medioambiente es fruto de una conspiración de la izquierda para robar el dinero de los contribuyentes.
Los peligros
Dos de los grandes peligros de este fenómeno, por un lado el incremento del nivel del mar, y por otro la desaparición o modificación sustancial de la Corriente del Golfo.
Ésta última es una corriente oceánica que se mueve desde el Golfo de México hasta el Atlántico Norte. La enorme cantidad de agua que transporta esta corriente lleva consigo también el calor del trópico hacia los lugares hacia donde se desplaza. Para hacernos una idea, gracias a esta corriente, Europa Occidental está 20⁰ C más caliente que latitudes similares en Canadá. No es de extrañar pues que su evolución preocupe a economistas, agricultores, empresas, gobiernos y un gran número de personas verían afectados su modo de vida.
El cambio climático puede afectar a esta importante corriente marina, ya que se mueve por un lado gracias a la rotación terrestre, y por otro a la circulación termohalina. Ésta última se produce por la diferencia en el contenido de sal de las aguas, es decir las aguas más saladas (las del trópico) se hunden al entrar en contacto con las de menor contenido en sal (las del ártico). Los expertos en cambio climático están preocupados porque la descongelación de los casquetes polares pueda introducir una masa de agua que modifique el comportamiento de la Corriente del Golfo. La práctica totalidad de la comunidad científica internacional está segura de que existe una alta probabilidad de que esta corriente vea modificado su curso a largo plazo (200 años), e incluso de que desaparezca, pero todavía no hay evidencia de ello. En lo que todos los modelos divergen es en las consecuencias. Los más pesimistas dicen que se verán icebergs alrededor de Gran Bretaña, los menos, predicen una reducción del calor terrestre en las costas escocesas y escandinavas.
Por otro lado, como decíamos, el nivel de los mares también se podría ver afectado. Hace 7 años se obtuvo la primera fotografía de la caída de una gran barrera de hielo del Antártico, Larsen B. La mayor parte del hielo en el Ártico es hielo de mar, con lo que su deshielo apenas afectaría al nivel de las aguas. Sin embargo, el hielo en Groenlandia y la Antártica está en su mayor parte sustentada por la tierra. La magnitud de la catástrofe nos la da las cifras: si todo el hielo de Groenlandia se descongelase, el nivel del mar subiría 7 metros, si añadimos la Antártica oeste, subimos otros 6 metros, y si el resto de la antártica se deshelase - cosa que nadie piensa que ocurra - el nivel del mar subiría 70 metros. Tengamos en cuenta que con 1 metro de subida el 17% de Bangladesh desaparecería...
El problema de la caída de estas barreras de hielo según se ha observado después de la Larsen B, es que sostienen los glaciares, que a su vez se moverán más deprisa como de hecho está sucediendo.
Lo importante para el nivel del mar no es tanto si un glaciar se deshiela o no, sino cómo afecta éste al equilibrio de la masa glaciar. Y nadie sabe qué está pasando con la masa glaciar en la Antártica. Sí sabemos que en Groenlandia está disminuyendo muy lentamente, 4.4mm por año. Pero nada nos dice que seguirá constante, ni que disminuirá o aumentará.
Los hechos
Aparte de los ya mencionados anteriormente, existen fenómenos en la naturaleza que son las piedras angulares de algunas teorías del cambio climático.
Los huracanes han sido en estos últimos años los protagonistas de tristes historias en diferentes partes del mundo. A partir de 1995 la frecuencia de estos fenómenos en Norteamérica se incrementó según los datos disponibles siendo el 2004 el año con más huracanes de toda la serie. Un año después además, el Katrina causó los mayores estragos que se recuerdan en la historia.
Los huracanes están muy relacionados con la temperatura del agua, y ésta se está incrementando en los últimos años. El debate ya no se centra en si el ser humano tiene un papel determinante o no, sino en el grado en que está afectando. En esto existe una gran discrepancia en la comunidad científica.
Mientras toda la comunidad se aclara, y viviendo en la inopia y nuestra voracidad de consumo seguirá cabalgando echando millones de toneladas de veneno a nuestra atmósfera destruyendo la capa protectora de Ozono, infectando nuestros ríos, mares y la tierra con millones de toneladas de desechos. Cómo si faltara más reuniones a la vuelta de la esquina tenemos la Cumbre sobre el clima en Copenhague, estaremos expectantes.

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